¿Por qué la comida puede generar tanto placer?

Existen frases que con frecuencia se escuchan una y otra vez, palabras que al analizarlas tienen un trasfondo muy interesante. En este caso podría analizarse la que reza “¡comer es un placer!”, aunque no lo parezca, esta simple afirmación involucra una serie de razones físicas, emocionales, culturales y hasta históricas.

La herencia histórica se remonta a la antigua Roma, en donde le rendían culto al exceso y la glotonería. Las razones físicas tienen que ver con el cerebro, la serotonina y la dopamina, que están asociadas al sistema de placer.

Las razones emocionales se relacionan al placer particular que puede sentir una persona al consumir cierta comida, ya que podría estar relacionada a algún recuerdo placentero que incluso puede remontarse a la infancia.

En definitiva, comer y disfrutar de la comida es un placer que debe experimentarse sin sentir culpa, dejándose deleitar por todas esas texturas y sabores, que involucran diversos aspectos que, si se disfrutan a plenitud y con equilibrio, solo podrían generar efectos positivos y gratificantes para el organismo.

De hecho, consumir nuestros alimentos favoritos puede llegar a promover sentimientos beneficiosos como el buen humor, el ánimo, la satisfacción y la relajación.